Empresas privadas como Muving, Motit, Yugo o eCooltra se han hecho con el servicio de alquiler de motos eléctricas en las grandes ciudades. El motosharing, término empleado para denominar este servicio tan novedoso, representa una alternativa al transporte público y al uso particular del coche o motocicleta. ¿Pero cómo funciona una app de motosharing? ¿Hasta qué punto es legal el alquiler de motos eléctricas compartidas en la gran ciudad? ¿Existe algún tipo de normativa de motosharing en España o pueden multarnos? Todas las respuestas que necesitas, a continuación.
¿Qué es el motosharing?
Si el servicio de coches compartidos ya supuso una auténtica revolución para la movilidad eléctrica y compartida, era de esperar que sucediese lo mismo con las motocicletas. Así pues, el motosharing hace referencia al servicio de alquiler de motos eléctricas por periodos cortos de tiempo. Todo aquel que reserve una moto eléctrica a través de la aplicación pertinente, podrá utilizar el vehículo y aparcarlo en cualquier punto de la ciudad, para que el siguiente conductor pueda hacer uso del mismo.
¿Cómo funciona el motosharing?
Dependiendo de la empresa de motosharing que escojas, podrás descargar su app para Android o iOS de forma gratuita. Una vez descargada, tendrás que darte de alta en la app de motosharing aportando tus datos personales, una foto del DNI y el carnet de conducir, así como los datos de tu tarjeta de crédito para que la empresa efectúe los cargos correspondientes.
En cuanto formalices la inscripción en la app de motosharing, podrás localizar una moto cercana a tu ubicación, acceder a sus datos (es decir, el número de matrícula, la distancia hasta ella y la batería que le queda), reservarla y empezar a circular por la ciudad.
Cada una de estas motos eléctricas cuenta con boinas de usar y tirar para que tu cabeza no entre en contacto directo con el casco, así como toallitas higiénicas.
¿Está regulado el servicio de alquiler de motos eléctricas compartidas?
No; al menos, por el momento. En la actualidad no hay una normativa que regule el alquiler de motos compartidas, como tampoco existe una normativa para patinetes eléctricos que tenga carácter oficial.
De hecho, aunque el servicio de motosharing es legal, las empresas privadas que ofrecen dicho servicio no pagan la licencia pertinente por el uso del espacio público que destinan al aparcamiento de estos vehículos. Muchos vecinos se quejan de que la presencia de estas motocicletas es abusiva, y que las aceras no son lo suficientemente anchas para abarcar el gran número de motos estacionadas.