En España son muchas las personas que se han visto afectadas por la conocida como cláusula suelo, que algunos bancos decidieron incluir en sus contratos hipotecarios. Si quieres saber si tu hipoteca tiene cláusula suelo, el primer paso será saber exactamente de qué estamos hablando y qué consecuencias tendrá para ti. ¿Cómo afecta este tipo de cláusula en los trámites para las hipotecas? Presta especial atención.
Pasos para averiguar si tienes cláusula suelo en tu hipoteca
¿Todavía no sabes qué es la cláusula suelo de las hipotecas? Una cláusula suelo es una condición que se puede incluir en un contrato hipotecario, si este es de tipo variable, que obliga a los titulares de la hipoteca a pagar siempre un tipo de interés mínimo, aunque el valor de referencia (normalmente el euríbor) sea inferior.
Esta cláusula no es de por sí ilegal, sino que su nulidad dependerá de otros factores, como la transparencia del banco a la hora de comunicar sus efectos sobre la cuota mensual o el equilibrio de la cláusula suelo respecto a su contraprestación, la cláusula techo.
Lo primero que debes tener en cuenta es que tu contrato solo podrá tener cláusula suelo si su tipo de interés es variable. En las hipotecas a tipo fijo el interés es siempre el mismo, por lo que cada mes se abonará la misma cuota al banco. Es en las hipotecas a tipo variable en las que es posible encontrar este límite a la baja.
Otro dato que te proporcionará una pista sobre si tu hipoteca tiene una cláusula suelo te lo ofrece la variación en el valor de la referencia que utilice tu entidad de crédito. Si se trata del euríbor, el índice más habitual en estos casos, es aconsejable que prestes atención a su evolución y, si no percibes la misma variación en tu cuota mensual, lo más probable es que sí que tengas una cláusula suelo en tu hipoteca.
Pero, sin duda, lo mejor que puedes hacer para comprobar si tienes una cláusula suelo es buscarla en el contrato que firmaste con el banco.
Cómo encontrar la cláusula suelo en el contrato hipotecario
Cuando el banco te concedió la hipoteca, además del contrato debieron darte también una copia de la escritura del préstamo. Suele adjuntarse este documento justo al final del contrato. Si no lo encuentras, deberás acudir al banco a solicitar de nuevo una copia, aunque el notario también podría facilitártela.
Una vez tengas la copia de la escritura en tus manos, será el momento de buscar la cláusula suelo. No es una tarea sencilla, porque las entidades financieras utilizan una terminología muy técnica, o incluso ambigua, para hacer referencia a esta y a otras cláusulas de los contratos. Algunos ejemplos de cómo suele titularse este apartado son: «límites en la aplicación del interés«, «variabilidad y límite de intereses» o «límite de variación de los intereses«. Incluso lo han llegado a denominar «túnel hipotecario».
Si localizas la cláusula suelo en tu contrario, lo más probable es que antes o después encuentres la cláusula techo, que también establece un límite en los intereses, pero al alza.
En cualquier caso, y si el banco llevó a cabo las buenas prácticas que se esperan de estas entidades en términos de comunicación y transparencia, en su momento tendrían que haberte informado de la existencia de esta cláusula y de sus consecuencias. Como muy tarde, deberían haberlo hecho antes de proceder a la firma del contrato.
En caso contrario, es importante que sepas que pueden haber incurrido en una cláusula suelo abusiva, al no haberte proporcionado la suficiente información para que tú, como usuario, conocieras la presencia de esta cláusula en tu contrato, redactada de manera unilateral por el banco, y sus efectos sobre la cuota mensual de tu hipoteca.