En ocasiones, nos preguntamos si es conveniente y necesario hacer un testamento, si dejar por escrito nuestras últimas voluntades acerca de las formas de repartir nuestra herencia y patrimonio es un trámite que realmente merece la pena. Para resolver estas dudas, vamos a explicarte a continuación qué ventajas fiscales te proporciona la realización de un testamento, si redactarlo conlleva algunas desventajas y cuáles son las consecuencias más importantes derivadas de no hacer ningún testamento. Todo lo que necesitas saber sobre las diferencias entre hacer un testamento o no, a continuación.
Ventajas fiscales de hacer un testamento
En primer lugar, hay que tener presente que hacer un testamento permitirá a los herederos disfrutar de una serie de ventajas fiscales. En concreto, hablamos de ciertas deducciones que se pueden aplicar y que solo se tendrán en cuenta si el fallecido lo ha dejado todo por escrito.
Además, en los testamentos y herencias se pueden dejar claras todas las cuestiones relacionadas con el patrimonio familiar, así como aclarar algunos aspectos con el objetivo de que los herederos no salgan más perjudicados de lo necesario, fiscalmente hablando. Seguro que se entiende muy bien con un ejemplo:
Un padre le cede a su hijo, en vida, una parcela. Años más tarde, cuando todavía vive el padre, el hijo decide construir en ella una casa. Cuando el padre fallece, si no se ha dejado constancia de que la parcela fue una cesión en su momento, y que no forma parte de la herencia actual, muy probablemente el hijo tendrá que pagar por ella el correspondiente impuesto de sucesiones.
Desventajas de hacer un testamento
En realidad, las desventajas derivadas de redactar un testamento son mínimas. El motivo es que con la realización de un testamento estaremos obteniendo muchas más ventajas que inconvenientes.
No obstante, sí podemos encontrar dos puntos que pueden considerarse desventajas de hacer testamento:
- Por un lado, tenemos el coste del trámite de un testamento. Y es que, aunque no es muy elevado, hay que tener en cuenta que contratar los servicios de un notario supone un coste que hay que valorar. Además, cuantos más bienes, más patrimonio o más herederos queramos incluir en nuestro testamento, mayor será el coste total de redactarlo.
- Por otro lado, es posible que la redacción del testamento se convierta en una desventaja si, con el paso del tiempo, cambiamos de opinión con respecto a lo que hemos establecido en un primer momento ante notario. Si esto ocurre, tendríamos que repetir de nuevo el proceso y realizar una modificación de nuestra primera versión del testamento, con el aumento en los costes que ello conllevaría.
Consecuencias de no hacer un testamento
Sin embargo, y como ya hemos comentado, la mayoría de desventajas y consecuencias negativas las encontraremos en el caso de no hacer testamento. Enumeramos las más importantes, a continuación:
- Inseguridad personal y jurídica: no saber con exactitud a quién pertenecerán nuestros bienes y patrimonio cuando nosotros ya no estemos genera una sensación de inseguridad que se solventaría con la redacción de un testamento. Los derechos y obligaciones de los herederos son detalles que debemos incluir por escrito. Hay que tener en cuenta que existen una serie de herederos forzosos, que serán los que se repartirán la totalidad de la herencia en caso de que nosotros no indiquemos lo contrario, dejando fuera a personas que quizá querríamos haber incluido como herederos. Sería el caso, por ejemplo, de los cónyuges, que se verían desfavorecidos en favor de los ascendientes y los descendientes del fallecido.
- Complejidad del proceso: dejar todo por escrito facilitará mucho el procedimiento a los herederos, que muy probablemente no estarán pasando por una situación fácil en ese momento.
- Incremento de los costes: precisamente la mayor complejidad del proceso puede hacer que sus costes también aumenten para los herederos, por lo que, si queremos evitarlo, lo mejor será que optemos por redactar un testamento.