La incapacidad permanente, también conocida como invalidez permanente, es una prestación contributiva que cubre la pérdida de salarios de la persona que ve mermada o anulada su capacidad para desempeñar un puesto de trabajo, ya sea por haber sufrido un accidente o estar afectada por una enfermedad. Dado que existen diferentes tipos de incapacidad permanente contemplados en el Régimen General y los Regímenes Especiales, vamos a repasar cada uno de los trámites de prestaciones necesarios para solicitar la incapacidad permanente de manera adecuada.
Incapacidad permanente
¿Qué se entiende por incapacidad permanente?
Como ya hemos adelantado, la incapacidad permanente de un trabajador hace referencia a las reducciones, patologías y dificultades que tiene una persona para desempeñar las funciones propias de su puesto de trabajo habitual, ya sea por haber sufrido un accidente (independientemente de que sea laboral o no) o una enfermedad que le incapacita de algún modo en su trabajo.
Sin embargo, no todos los trabajadores que hayan sufrido un accidente o enfermedad pueden pedir la incapacidad permanente; será el propio médico el que valore la capacidad funcional del empleado o la empleada.
Grados de incapacidad permanente
Dependiendo del grado de incapacidad que tengamos (incapacidad permanente parcial, incapacidad permanente total o incapacidad permanente absoluta), se establecerán los tiempos y la cantidad de la pensión por incapacidad pertinente. Recuerda que es el profesional encargado de nuestra revisión médica el que determinará el tipo de incapacidad que poseemos.