Cuando un matrimonio con hijos menores toma la decisión de divorciarse, se inicia un duro proceso que afectará tanto a los padres como a los niños. Por eso, siempre es aconsejable tomar las decisiones que menos perjudiquen a los hijos. Entre estas decisiones, se valorará la posibilidad de tener la custodia compartida de los menores por parte de los dos progenitores. De esta forma, se ayudará a que el menor sienta con menos intensidad las consecuencias del divorcio de sus padres y se favorecerá que crezca igual de vinculado a ambos. Sin embargo, no siempre será posible la aplicación de la custodia compartida, ya que existen una serie de factores y requisitos que ambas partes (sobre todo la parte solicitante) deberán cumplir para conseguirla. Así pues, ¿qué se necesita para tener la custodia de un hijo? La respuesta, a continuación.
¿Cómo conseguir la custodia compartida de los hijos?
En primer lugar, a la hora de gestionar un divorcio con hijos menores y solicitar su custodia, es vital tener y mostrar que se tiene una buena relación con los hijos. Esta tiene que ser cercana, de modo que se conozcan perfectamente los gustos y aficiones de los hijos y se atienda de forma permanente a sus necesidades. Saber quiénes son sus amigos, conocer a los profesores del niño, acompañarle habiytualmente al médico… son algunos ejemplos.
Asimismo, también se debe demostrar una actividad laboral y una independencia económica suficientes para poder criar y mantener a los menores, así como tener una buena salud, para que la dedicación pueda ser completa.
Al divorciarse, lo normal es que uno de los dos cónyuges (a veces, ambos) cambien su lugar de residencia. Esa nueva casa debe ser adecuada y cumplir una serie de condiciones para que pueda ser el hogar del hijo o de los hijos durante el tiempo que estén en él. Así, el número de habitaciones, un tamaño suficiente o un buen acondicionamiento son fundamentales.
En este mismo sentido, se tomarán en cuenta también las localizaciones de las nuevas viviendas. Si vivir en una de ellas supone para el menor estar demasiado alejado de su colegio o de su vida habitual, se tendrá en cuenta. Lógicamente, si por razones de trabajo o de cualquier otro tipo, uno de los progenitores se muda a otra ciudad diferente, la custodia compartida no será posible.
Otro de los trámites para divorciarse y conseguir la custodia compartida es mostrar una buena disposición a la hora de facilitar la relación del niño con el otro padre también es un punto positivo a la hora de conseguir la custodia. Si se detecta que un progenitor intenta influir en el hijo en contra del otro, será un punto muy negativo.
Llegado el momento, el juez puede tomar la decisión de escuchar al hijo o hijos menores, con el objetivo de tratar de averiguar cuáles son sus preferencias y qué sensaciones y sentimientos tienen por cada uno de sus progenitores. Este factor es de vital importancia, ya que en este tipo de procesos siempre se busca garantizar en la medida de lo posible el máximo bienestar de los menores.
¿Qué hacer para tener la custodia exclusiva de un hijo?
¿Pero quién se queda con los hijos en caso de divorcio cuando uno de los progenitores considera que el otro no es apto para cuidar y educar a su hijo en solitario? Los motivos pueden ser varios: que trabaje demasiadas horas, que sufra algún tipo de adicción, que tenga problemas psicológicos (por ejemplo, una depresión) o que esté gravemente enfermo. En los casos más extremos, es posible que incluso se considere que existe un comportamiento inadecuado o agresivo.
Si esto es así, se podrá intervenir para tratar de impedir que se otorgue la custodia al otro progenitor. Para ello, y para acreditar cualquiera de los puntos anteriores, será necesario presentar evidencias. Hablamos de pruebas determinantes (testimonios, fotografías, mensajes de texto…) que justifiquen que el comportamiento o las circunstancias de la otra parte no son las adecuadas para cuidar y educar a los menores.